Mentastro: nunca más la llamarás “mala hierba”

Desde los antiguos egipcios, romanos y griegos hasta hoy en día, la Mentha sp. se ha empleado y emplea como un remedio popular para el tratamiento de diversas afecciones.

¿Y si te dijera que puedes recolectarla casi siempre que quieras?

Hace poco comencé a comprender lo que era ESTAR EN LA NATURALEZA. He de deciros que si bien antes podía hacer escapadas al monte, a la playa o al río, es ahora que vivo rodeada de todos ellos cuando realmente soy consciente de lo que significan. Al fin comprendo el porqué real de mi nombre: Silvia viene de “silva”, “silvestre”. Y os prometo que me emociono al pensarlo.

Un paso determinante en esta re-conexión fue haber comenzado a entender que las “malas hierbas” no son tales. Evarist March (Naturalwalks), César Lema y Patri Puga han sido algunos de mis maestros. Gracias, amigos silvestres.

Y me pregunto yo…

¿En qué momento se nos ocurre llamarlas de tal modo?

¿Sólo por el hecho de que “molestan” en los campos de cultivo o en tu jardín?

Tristeza.

Pues te diré que esas “malas hierbas” tienen nombres, moléculas y propiedades. Y te diré más: son imprescindibles en este escosistema, en esta Ecosfera en la que vives, en la que vivimos. Así pues… cambia la programación que te han metido los medios, la industria, la educación (?),… desde que has nacido y llámalas por el nombre que realmente tienen.

Hoy te traigo el primer nombre a registrar: MENTASTRO.

Mentastro silvestre (Eiras, Galicia)

En general, el género de las Mentha sp. poseen una amplia lista de acciones sobre nuestro organismo. Coge aire… Es anti-inflamatoria, carminativa, antiemética, diaforética, antiespasmódica, analgésica, estimulante, emenagoga y anticatarral. También, y teniendo en cuenta cualquiera de sus diferentes especies, se emplea para el reumatismo, la disentería, dispepsia, alergias en la piel, escalofríos, ictericia, las infecciones de garganta, estreñimiento, espasmos, cálculos en la vejiga, cálculos biliares, diarrea, dolor de muelas, dolores de estómago, disnea, gastrodinia (dolor de estómago), y como estimulante, diaforético, diurético, reconstituyente, tónico estomacal, anti – infecciosa, sedante, repelente de insectos, antimicobacteriana, antifúngica, antialérgica, viricida, radioprotectora, inhibidora de la COX (ciclooxigenasa), anti -inflamatoria y hemostática.

Una larga lista de acciones impresionantes.

Tan larga como toda la que gratuitamente podemos toparnos en un simple paseo por el campo.

 

Todas las acciones mencionadas dependen de su contenido en aceites esenciales, que a su vez dependerá de la temperatura, el fotoperíodo, la nutrición y la salinidad del medio en el que se encuentre el mentastro. Por tanto podría ser interesante pensar que el mentastro silvestre tendrá un alto contenido, al ubicarse ella misma en las zonas que les son más beneficiosas para su crecimiento, y en el momento oportuno para ello.

Pero bien, centrémonos en Mentha suaveolens, comúnmente conocida como “mentastro”. Esta “mala hierba” crece a lo largo de los arroyos, pantanos y lugares húmedos (como Galicia), y es nativa del Este y del Oeste de Europa. Para identificarla, dos trucos: su olor característico y los “pelillos” inconfundibles que poseen sus hojas y tallos tiernos.

Tradicionalmente se ha empleado en la costa del Mediterráneo y en la costa Atlántica por su amplio abanico de efectos: estimulante, estomacal, carminativo, colerético, antiespasmódico, sedante, tónico, anti-convulsivo, insecticida, etc. También es útil en casos de tos, náuseas, anorexia y bronquitis, y encuentra aplicación en problemas de digestión, gripe, enfermedades respiratorias, reumatismo, enfermedades de la piel e irritación. Muestra actividades depresoras, analgésicas, anti-inflamatorias, citotóxicas, hepatoprotectoras y antifúngicas. Tiene acción antioxidante e inhibe la acetilcolinesterasa. Además, inhibe la MAO (monoamino oxidasa) y tiene actividad viricídica.

Concretamente es el aceite esencial de las partes aéreas el que muestra una potente acción antifúngica contra Candida albicans, Saccharomyces cerevisiae y Aspergillus niger. Sus aceites esenciales, con un alto contenido en terpenos oxidados como el piperitenone oxide o el piperitone oxide, hace del mentastro un aliado para nuestro organismo.

 

¿Cómo consumirla?

Te proponemos una receta muy sencilla: un agar agar de mentastro con moras silvestres. Una verdadera delicia. ¡Anímate y cuéntamos cómo te salió! Comparte tus mejoras y tus fotos. Nos encantaría.

Otras opciones:

– Macerados: dejarla dentro de un aceite de oliva de primera presión en frío y BIO.

– Infusión de mentastro con caléndula y regaliz, para mejorar la digestión.

– Helados de mentastro infusionado en “leches” vegetales.

– Un caramelo de mentastro (y con azúcar panela).

 

Ya sabéis que en la cocina todo es imaginación, buen material y buena técnica.

 

 

** Por un futuro que honre el pasado **

Un poco de vida silvestre

 

 


 

FUENTES:

Bayala B et al. Chemical Composition, Antioxidant, Anti-Inflammatory and Anti-Proliferative Activities of Essential Oils of Plants from Burkina Faso. Plos ONE, 2014.

Božović M, Pirolli A, Ragno R. Mentha suaveolens Ehrh. (Lamiaceae) Essential Oil and Its Main Constituent Piperitenone Oxide: Biological Activities and Chemistry. Molecules 2015.

3 comentarios en “Mentastro: nunca más la llamarás “mala hierba””

  1. Pingback: Agar agar de mentastro y moras

  2. Avatar del usuario

    Increíbles los beneficios del mentastro!
    Se me está ocurriendo el aprovecharla para oleatos y aceites esenciales para usar en cremas y jabones
    Por aquí la conocemos por mentraste
    Un abrazo Silvia

  3. Avatar del usuario

    Hola Regina!
    Sí, es una maravilla de la naturaleza. Las silvestres son una pasada <3.
    Cuéntanos si haces oleatos! Tiene súper buena pinta. Fresquito. Mola 🙂

    Un abrazo, crack!

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