Antes de cocinar la quinoa, hay que lavarla muy bien bajo el grifo y con agua fría, frotando unos granos contra los otros, hasta observar que no se produce espuma.
La forma de cocinar la quinoa es muy sencilla. De modo general, podemos decir que se manipula como el arroz. Se puede añadir a sopas como si fuera pasta; hacer harina y elaborar panes, pastas o dulces; consumirla en forma de copos, para desayunar; o incluso, hacer palomitas.
Desde siempre he recomendado dejar los cereales/pseudocereales integrales (todas las semillas en general) a remojo durante toda la noche, a fin de evitar sus antinutrientes. En cambio, la quinoa es un caso especial.
Su pericarpo contiene unos compuestos defensivos amargos llamados saponinas, que ante un tiempo de remojo prolongado podrían depositarse en el interior de la semilla. Ante esto, lo lógico sería o bien dejarla a remojo por la mañana mismo, para ser cocinada a medio día, o bien, lavarla muy bien in situ, frotándola bajo el grifo y con agua fría.
Una receta sencilla para cocinar la quinoa
Quinoa multinutriente de verduras mar y tierra
Partimos de INGREDIENTES ECOLÓGICOS y lo más frescos posibles:
- 1 medida de quinoa.
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Este artículo lo escribí para la revista digital En Buenas Manos. Puedes acabar de leerlo a través del siguiente enlace: